Uso eficiente del fósforo en agricultura: Clasificación de fertilizantes.

Mejoras en la aplicación del fósforo. Fertilizantes más recomendados
Clasificación del fósforo como fertilizante en agricultura

La fertilidad del suelo en fósforo equivale a la cantidad de fósforo asimilable presente y, se entiende por asimilable, la fracción extraíble con ácidos débiles a una concentración definida.

En suelos con contenidos en fósforo, normales o altos, la fertilización debe tener por objetivo mantener la fertilidad del suelo, es decir, realizar un abonado de mantenimiento. El abonado es aconsejable que coincida con las extracciones de los cultivos siempre que el pH se aproxime a la neutralidad. Si el pH es muy básico se abonará con cantidades adicionales, balance de entradas y salidas para la decisión de fertilización.

La fertilización fosfatada debe de aumentar cuanto más arcillosa sea la estructura de los suelos. En un suelo con una limitada cantidad de fósforo el abonado deberá cubrir las necesidades del cultivo, mediante abonados de mantenimiento, y las necesidades para enriquecer el suelo.

Se aportarán cantidades grandes de P en el caso de tener un elevado pH del suelo y alto contenido en arcilla. En un suelo con altas concentraciones de fósforo se deberían disminuir las dosis de mantenimiento, sobre todo cuando se trate de suelos con gran contenido en arcilla.

Respecto a la agricultura ecológica, actualmente, ésta sólo permite el uso fuentes minerales ricas en fósforo en estado natural. La principal fuente de este mineral son las sales de ácido fosfórico con Ca.

Actualmente, entre las principales formas de aplicación de fósforo más demandadas en el mercado se encuentran:

-El fosfato monopotásico (KH2PO4): se trata de una sal soluble con el análisis de 0-52-34. Consecuentemente, se trata de uno de los fertilizantes sólidos mayormente concentrados que existen en la industria de los fertilizantes, lo que lo hace notablemente valioso cuando los fertilizantes necesitan ser transportados a largas distancias. El índice de salinidad de este compuesto resulta extremadamente bajo (8, si lo comparamos con 100 del nitrato de sodio).

-El ácido fosfórico (H3PO4, 61% P2O5): se trata de una solución espesa, que generalmente se suministra a concentraciones de 55%, 65% y 75% del ácido fosfórico real en el agua. En el fertirriego, el ácido fosfórico necesita ser guardado en un contenedor especial e inyectado separadamente de otras disoluciones madre, puesto que es altamente agresivo para gran variedad de materiales de envases y tuberías, y puede ser perjudicial para otros portadores de nutrientes.

-El fosfato monoamónico (NH4H2PO4): se trata de una piedra angular básica de la industria del fertirriego. El fosfato monoamónico se utiliza como fertilizante puro o como materia prima para la fabricación de productos compuestos NPK, en forma cristalina o en disolución. Es sabido que el fosfato monoamónico soluble suministra mucho más fósforo disponible que el fosfato monoamónico granular (Figura 3), en suelos altamente calcáreos. La fertirrigación proporciona una mayor disponibilidad de nitrógeno y fósforo en suelos básicos, calcáreos y con un agua de riego básica, en tomate cultivado en campo abierto.
-El fosfato dipotásico (K2HPO4): resulta ser otra solución potásica completamente soluble en sistemas sin suelo o sin suelo. Tiene gran utilidad en la alimentación foliar. Existen actualmente muy pocos productores que comercializan este producto para uso hortícola.

-Los polifosfatos: Cuando el ácido fosfórico y el amoníaco reaccionan, el agua se elimina y las moléculas de fosfato individuales comienzan a unirse para formar un fertilizante líquido «polifosfato». Se trata de numerosas moléculas de fosfato unidas en una sola cadena. Los fertilizantes de polifosfato ofrecen la ventaja de un alto contenido de nutrientes en un fluido claro, libre de cristales que es estable bajo un amplio rango de temperaturas y tiene una larga vida de almacenamiento.

-Los fosfitos: En algunos cultivos y en dosis adecuadas, el fosfito de potasio incrementa el rendimiento de los cultivos. Para Lovatt y Mikkelsen (1994) el ácido fosforoso (H3PO3) y su correspondiente sal (fosfito) contiene concentraciones de fósforo (P) de hasta un 39% más altas que los fertilizantes fosfatados.

Además, las sales de fosfito son generalmente más solubles que las sales análogas de fosfato. El fosfato completamente oxidado es la forma más estable de P en el ambiente, por esta razón, el fosfito pasa por una transformación gradual después de adicionarse al suelo hasta formar fosfato.

Debido al aumento del uso del fósforo (P) en la fertilización de los cultivos -de 4 a 5 veces- entre 1960 y 2000, se ha previsto que crecerá aún más (en 20 Tg al año) para 2030. Como indicó Abelson (1999), con un potencial y continuo uso de fosfatos se avecina una crisis para la agricultura en el siglo XXI.

El fósforo es el segundo elemento más limitante después del nitrógeno (Ver «Cómo utilizar el nitrógeno de forma eficiente en la agricultura») para el crecimiento de las plantas (Vance et al., 2001). Resulta especialmente significativo su función en la captación y conversión de la energía solar en compuestos vegetales útiles. La cantidad de fósforo en los cultivos se encuentra entre el 0,05% y el, 0,30% del peso seco total.

Las plantas sólo pueden absorber el fósforo que necesitan si las raíces lo adquieren en formas iónicas simples (H2PO4- y HPO42-) de la disolución del suelo. Por consiguiente, el valor de cualquier enmienda del suelo cuya finalidad sea suministrar fósforo depende de su capacidad para liberarlo en estas formas iónicas a la disolución del suelo.

En condiciones de invernadero, el bajo suministro de P disminuye el crecimiento de raíces y brotes, el contenido de nutrientes, y eficiencia de absorción en tipos de cultivos tradicionales y modernos. Aunque el fósforo resulta generoso en muchos de los suelos, en gran medida no está acondicionado para su consumo (Schactman et al., 1998).

El rendimiento de las cosechas depende del estado del fósforo y su equilibrio en la tierra cultivable del mundo, la cual se encuentra condicionada por éste. Los suelos intemperizados por el ácido de los trópicos y subtrópicos son significativamente propensos a la deficiencia de fósforo (von Uexkull y Mutert, 1995).

En la agricultura intensiva, una de 7 toneladas métricas Ha-1 requiere el uso del de 90 a 120 kg de P Ha-1 (Bumb y Baanante, 1996). A pesar de esto, aun contando con un nivel adecuado de P, sólo el 20% o menos de lo que se aplica es eliminado por el crecimiento del primer año. El resultado es la carga de tierras agrícolas de primera calidad por este elemento.

Absorción del fósforo por el cultivo

Con la salvedad del nitrógeno, el crecimiento inadecuado de las unidades formadoras del cultivo se debe más a una falta de fósforo que a una falta de cualquier otro elemento.

Todas las células de todas las plantas dependen del fósforo y su distribución en toda la planta se rige por la necesidad. El fósforo en las plantas es móvil al contrario de otros elementos como el calcio, el hierro y muchos otros elementos (Figura 1).

El fósforo se redistribuye dentro de las plantas cuando el fósforo disponible en el suelo aparece como limitante.

¿Qué se logra con la aportación adecuada de fósforo al cultivo?

Las principales causas de crecimiento específicas que se han asociado con la absorción del fósforo por el cultivo son:

-Los tallos obtienen una mayor resistencia a rotura

-El desarrollo radicular se ve favorecido

-Aumento en la producción de flores y semillas

-Una producción de cosecha más temprana y uniforme

-En cultivos de leguminosas, un aumento en la capacidad de fijación de nitrógeno

-Frente a enfermedades y plagas, una mayor resistencia

¿Qué sucede si no se realiza una correcta aplicación del fósforo?

-Tanto el vástago como la parte radicular de las plantas se somete a un retraso en el crecimiento.

-Las hojas se tornan en un color oscuro, morado, pardo, especialmente en la zona de las puntas.

-El color de los tallos vira a un color verde azulado.

-La maduración de la planta demasiado lenta, permaneciendo verde.

-Se producirá una deformación de los frutos, en el caso de los granos, débilmente rellenos.

Por ejemplo, en plantas de tomate (Solanum lycopersicum L.) se aconseja la aplicación del fósforo antes del transplante o a la siembra.

Este elemento acelera el desarrollo radicular de la planta, la fructificación temprana y mejora la producción y la calidad del fruto en tomate (Figura 2). La falta de fósforo disminuye la absorción de nitrógeno, provocando reducción del crecimiento, floración, fructificación y desarrollo de los frutos.

Ante una deficiencia de fósforo, aparecen síntomas como son coloración púrpura en las hojas más tempranas y en el envés de las mismas.

Respecto a las yemas florales y las flores, éstas se secan de forma prematura y además se retrasa su aparición y apertura.

Según T.K. Hartz et al., 1999, se ha establecido una tasa de demanda de fosforo nula o de niveles mínimos durante la etapa inicial del cultivo hasta unos diez días antes del inicio de la floración.

Se retira de las células más viejas y menos activas y se transfiere a las células más jóvenes y más activas. Después de esto, el fósforo se retira de las hojas y se transporta al interior del fruto.
Después de esta etapa, el cultivo comenzará a demandar fósforo para responder ante la formación de las estructuras reproductivas y vegetativas. Esta etapa será finalizada con el comienzo de la formación de los primeros frutos cuando éstos se conviertan en el principal sumidero de fósforo.

Entonces la duración irá desde 15 días después del trasplante hasta el comienzo del fruto a los 60 días después del trasplante aproximadamente.

En esta nueva fase el P aportado deberá ser del 50 % del total para el ciclo. En cuanto se haya generalizado la formación y el engorde del fruto en el cultivo, unos 70 días después del trasplante, la tasa de absorción de P comenzará a disminuir hasta su detención al principio de la maduración.

Esta última fase tendrá una duración desde los 70 días después del trasplante hasta 95 días después del trasplante aproximadamente, y en ella, es cuando se aportará el 50% del fósforo restante.

FUENTE : INFOAGRO.COM

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